lunes, 4 de diciembre de 2017

ROSCOS DE VINO DE MÁLAGA (OTRA FÓRMULA I)



Ingredientes:

200 g de aceite de oliva
Zeste entero de limón
10 g de de anís en grano 
5 g de ajonjolí entero
5 g de ajonjolí molido
500 g. de harina
150 g de azúcar
150 g de vino de Málaga
Ralladura de 1 limón
5 g de canela molida

Para finalizar:

Azúcar glas

Elaboración Tradicional:

Comenzar calentando el aceite de oliva junto con el limón en una sartén. Añadirle el matalahúva y freír durante unos segundos. Pasar el aceite por un colador para quitarle el matalahúva y colocarlo en un recipiente amplio. Una vez frío el aceite, lo mezclamos en un bol amplio con la harina, el vino de Málaga, la ralladura del limón, el azúcar,  el sésamo molido, la canela y el sésamo en grano. Trabajar bien la masa hasta que quede elástica y no se pegue en los dedos. Dejar reposar durante 1 hora. Una vez reposada, estirarla con un rodillo y con un cortapastas darle forma a los roscos. Colocarlos en una bandeja de horno y hornear en el horno precalentado a 180º hasta que queden tostados durante unos 20 minutos. Sacar sobre una rejilla y dejar enfriar completamente. Para que el azúcar glas quede bien impregnado se suelen pasar por un almíbar de anís y agua antes de rebozarlos.

Elaboración en Thermomix®:

Comenzar calentando el aceite de oliva junto con el limón durante 3 minutos a temperatura Varoma en velocidad cuchara. Añadirle el matalahúva y freír durante unos segundos. Pasar el aceite por un colador para quitarle el matalahúva y reservar. Una vez frío el aceite, volver a colocar en el vaso  con la harina, el vino de Málaga, la ralladura del limón, el azúcar,  el sésamo molido, la canela y el sésamo en grano. Amasar durante 1 minuto en velocidad espiga. Dejar reposar durante 1 hora. Una vez reposada, estirarla con un rodillo y con un cortapastas darle forma a los roscos. Colocarlos en una bandeja de horno y hornear en el horno precalentado a 180º hasta que queden tostados durante unos 20 minutos. Sacar sobre una rejilla y dejar enfriar completamente. Para que el azúcar glas quede bien impregnado se suelen pasar por un almíbar de anís y agua antes de rebozarlos.